Acabo de terminar de leer El Retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde. Es de estos libros que no me pasa desapercibido. De muchas novelas olvido a los personajes, el final, o incluso el argumento. De Dorian no creo que me olvide, al menos, en una temporada. Y no quiero decir que me fascine su personaje. Si me lo permitís, no es más que un cabrón egocéntrico. Pero el libro está lleno de excelentes reflexiones. No puedo decir exactamente lo que quiero decir por que yo odio que me fastidien los libros. Aunque podría contar muchas cosas de este libro, y no lo fastidiría, ya que Wilde lo cuenta, aproximadamente, un millón de veces mejor que yo.
Conclusión, que os lo recomiendo encarecidamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario