miércoles, 25 de noviembre de 2009

Queridos políticos

Hoy he estado en la sesión plenaria del Congreso de los diputados. No tiene desperdicio la verdad. Aparte de tratarse los temas que ocupan los telediarios y los periódicos, es asombrante comprobar que Belén Esteban o cualquier otro personaje más o menos llamativo del mundo de la farándula, no desentonaría demasiado. Aplausos, abucheos, insultos y risas.

Los dos principales partidos de nuestro país no parecen ser capaces de tener un debate propio de personas adultas. Cualquier intervención, sin ser para nada brillante, es aplaudida por los compañeros de partido. El énfasis de los aplausos parece depender, exclusivamente, del peso del orador en el partido. Cualquier oportunidad parece buena para criticar a tu oponente (sí, oponente, nadie trabaja en la misma dirección), aunque el insulto en sí no esté relacionado con el tema tratado, ataques a la persona (que no a su gestión) incluidos. El presidente, José Bono, se ve obligado a pedir silencio a sus compañeros de gremio más de una vez. Algo más de un minuto escuchándose sin interrumpirse parece mucho.

Esto me hace pensar si los peces gordos en política de nuestro país llegan lejos por que controlan el arte de gallina de corral, o es su cargo el que se lo enseña.. En cualquiera de los dos casos, no parece que haya mucha solución. Sólo esperar momentos de lucidez de estos nuestros queridos políticos, para que hagan lo que podemos llamar buen gobierno. Otro gallo cantaría si nadaran en la misma dirección.

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